Las familias en condición de pobreza extrema,
no cuentan con ningún servicio básico para sobrevivir, ni tienen acceso a
las oportunidades que brinda la sociedad para salir adelante, por lo
que los gobiernos deben implementar estrategias para ayudarlas a salir
de esta situación.
La agencia para la Superación de la Pobreza tiene identificadas en Risaralda 7500 familias que viven en una situación de pobreza extrema, de las cuales, según cifras de Profamilia, en el 38% de los hogares de Risaralda hay mujeres cabeza de hogar y en la mayoría de los casos son mujeres con más de 3 hijos menores.
Según el secretario de Desarrollo Social de Risaralda,
Carlos Arturo Rave, para que estas familias puedan salir de la pobreza
extrema y ser consideradas pobres, deben superar 45 logros, por lo que
la Gobernación a través de la Red Unidos ayuda
con programas especiales a que estas personas alcancen 21 de los 45
objetivos y lleguen a ‘mejorar’ -si es que así se puede llamar- sus
condiciones de vida.
“Entre los logros están los relacionados con la vivienda,
servicios públicos, salud, educación, alguna fuente de ingresos e
inclusión en programas
de vivienda de interés social, sin embargo, se presume que en el
departamento podrían haber mil familias más sin identificar a las cuales
se debe ayudar también” agregó Rave.
Programas
Dentro de los programas implementados por la Gobernación de Risaralda
para contribuir con la disminución de la pobreza extrema, hay 3 etapas:
-La identificación de las familias que realmente cumplen con las
condiciones de pobreza extrema en los 14 municipios de Risaralda.
-La entrega de libretas militares a hombres de Sisbén 1 que no están en condiciones de acceder a una para encontrar un empleo digno.
-Seguridad
alimentaria a través del programa Crío, Siembro, Como y Ahorro, con el
que se busca dar alimentos e ingresos a la población vulnerable.
Prioridad: buscar el pan
Todos
los días a las 6:00 de la mañana Aureliano García*, de 28 años de edad,
sale de un rancho ubicado en el centro de Pereira, en donde vive con su
esposa y sus 4 hijos de 2, 4, 5 y 8 años. La familia habita allí desde
hace un año y paga 5 mil pesos diarios de arriendo.
Aureliano, sale a vender dulces en un carro, con el que tiene que asegurar el arriendo y la comida para sus 4 hijos y su esposa.
Los chiclets y dulces dejan una ganancia de 50 pesos por unidad, por
lo que debe vender 100 dulces diarios para completar al menos el
arriendo, sin embargo, la prioridad diaria es buscar el pan, una libra
de arroz y panela para su familia.
Aureliano, algo delgado pero con mucha energía cuenta que no todos
los días puede completar lo del arriendo y la comida, por eso cuando le
sale trabajo en obras de construcción guarda su carro de dulces y se va a
trabajar como obrero.
“Cuando trabajo en las obras me dan 150 mil pesos en la semana,
entonces tratamos de ahorrar para cuando se acabe ese trabajo. Aunque
ahí si les llevo huevos, galletas, leche y menudencias para un caldito,
eso es un manjar, para nosotros”, dijo como si estuviera degustando los
alimentos que menciona.
Su esposa no puede trabajar porque debe hacerse cargo de los niños.
Aureliano dice que ha buscado trabajo en varios lugares pero ha sido
difícil encontrarlo, pues no pudo terminar el colegio porque salió
desplazado del Huila y cuando conoció a su esposa, en Manzanares,
Caldas, al poco tiempo se casaron y empezaron a trabajar, ella en casas
de familia y él en construcciones, pero nunca tuvo oportunidad para
estudiar.
Pasadas las 10:00 de la mañana, Aureliano logró vender 60 dulces, es
decir, tiene 3000 pesos y los lleva a su casa para que su esposa pueda
comprar algo con qué hacer el almuerzo, mientras él trata de ajustar con
algo más el presupuesto para la comida del día y en la tarde vender lo
necesario para completar el arriendo.
Su hijo de 8 años hace parte de los 45 mil niños que están
matriculados en una institución pública del municipio y aunque Aureliano
es consciente de que la gratuidad escolar ha beneficiado
significativamente a los niños, cree que la educación es muy costosa
para padres como él que deben asumir los demás gastos se su hogar que
solo cuenta con agua y energía en estrato 1.
La familia de Aureliano hace parte de las 7500 familias pobres de Risaralda,
sin embargo, al tener un hijo con acceso a la educación, 2 servicios
públicos y pagar un arriendo, no son considerados como pobres extremos.
*El nombre fue cambiado por petición del protagonista de esta historia.
Cifras del Dane
En 2011, el 13,4% de los hogares
no tenía ningún ocupado y estaban en la pobreza extrema, seguidos del
7,5% de las personas que hacían parte de hogares con 1 ocupado, y
finalmente, 2,6% de las personas pertenecían a hogares con 2 o más
ocupados.
Los cambios entre 2010 y 2011 mostraron una disminución en
la pobreza extrema de los hogares risaraldenses con ningún ocupado de
-2,2%, con 1 ocupado -3,0% y hogares con 2 o más desocupados redujeron
1,5%.
tomado de www.latarde.com diario de Pereira
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