20 mar 2009

Derrumbes en vía a Bogotá y a MAnzanare bloqueó inauguración del Plan Vial



La caravana de la Gobernación se dirigía a Manzanares. La situación empeora cada vez más por el fuerte invierno. Los viajeros aseguran que la vía está en pésimo estado. Repite.

John, el señor de los tinticos, que arriesga su vida y pasa el derrumbe con su carro repartidor al hombro, es el único que le calienta el rato a los desafortunados viajeros que quedaron atrapados en la vía Manizales-Bogotá, por un deslizamiento en Mesones.

El problema llevó a que la Gobernación de Caldas suspendiera la inauguración del Plan Vial Departamental, que se realizaría ayer en la vereda Llanadas, de Manzanares. El gobernador Mario Aristizábal Muñoz, quien se dirigía con funcionarios de su despacho para el evento, debió regresar a Manizales por el taponamiento.

“De todas maneras la obra se inicia porque el contratista ya tiene su cronograma. El lunes o martes, personalmente instalaremos de manera oficial la veeduría y le presentaremos a la comunidad el ingeniero que ejecutará la obra”, concluyó el Gobernador.


En la carretera

La situación es fácil de comprender pero difícil de vivir. Estar parado en un trancón de mulas, camiones, buses y carros particulares, durante horas o incluso días, es fotografía obligada para retratar una situación permanente en la vía entre Manizales y Bogotá.

El derrumbé que se presentó a las 11:00 de la mañana de ayer en el kilómetro 61, por lo menos 2 mil metros abajo de Mesones, tenía represados cerca de 200 vehículos.

“No, es que así no se puede transitar”, “estoy desde anoche (miércoles) y llevó acero para Cucutá”, “creo que de todas las vías principales del país esta es la peor”. Así lo manifiestan casi todos lo viajeros, conductores y pasajeros, que estaban “varados” en la carretera esperando a que la máquina del Invías normalizara la situación.


Peligro evidente

“Anoche (miércoles) cuando llegué al sector quedé bloqueado, me acosté a dormir en el camión y cuando desperté en la mañana, me di cuenta que un pequeño deslizamiento me había golpeado el carro, mejor dicho, un poquito y me tapa por completo”, dijo Lisandro Carrascal Trigos, un conductor de mula que cuenta su historia mientras se toma un caldo de costilla, su primera comida en por lo menos 15 horas.

La situación más dramática la viven los camioneros, pues son quienes deben esperar a que sean retirados los derrumbes para poder continuar con su recorrido. “Para comer es difícil, para entrar al baño ni se diga, esta vía es muy complicada y cada vez se pone peor, nosotros estamos trabajando a pérdida y riesgo”, concluyó Luis Felipe Puerto, un conductor de tracto camión que se dirige a cargado de acero a Cúcuta.

La situación es que nadie garantiza que mientras esperan a que quiten un deslizamiento, no caiga otro sobre la caravana de vehículos que esperan. Por eso las autoridades recomiendan no emprender el viaje sin antes preguntar el estado de la vía. Así, además de evitar trancones innecesarios se disminuye el riesgo de víctimas en un eventual deslizamiento.


La lluvia no da tregua

Eran cerca de las 8:30 de la mañana de ayer cuando con un tractor que intentaba remolcar una mula en el sector del 61 casi es arrastrado por el derrumbe. “Estábamos todos pendientes del recorrido del camión hasta que de un momento a otro sentimos el estruendo y salimos corriendo. El derrumbe alcanzó a tocar la cola de la mula y por poco nos coge a varios que estábamos ahí”, aseguró Luis Felipe Puerto.

Después de ese momento solo hubo silencio, el conductor del tractor que retiraba los escombros del lugar aseguró que no metería su maquina ahí de nuevo, “el peligro es grande, y si eso sigue chorreando tierra, o no pare de llover, no me meto ahí”.

El frío y la lluvia a esta hora de la mañana calaba los huesos. Este derrumbe en el kilómetro 61 era el número once que había desde el Alto de Letras, pero el único que a esa hora de la mañana bloqueaba el paso hacía Bogotá.

El refugio que encontraban los viajeros para comer algo y calmar el frío era en el parador Mesones, así lo aseguro doña Luz Estela González, una mujer que se dirigía con su esposo hacía Bogotá y que prefirió esperar que abrieran vía en este sitio, antes de hacer una fila innecesaria. “Es mejor estar aquí, igual para qué se va uno a pararse allá, a estar todo incómodo en el carro, mejor esperamos acá a que abran la vía otra vez”.

Así está la vía a Bogotá, con derrumbes que taponan el paso y ponen en riesgo a los viajeros. Por ahora las autoridades aseguran que mientras no mengüe el clima y las lluvias disminuyan es muy complicado mantener esta vía abierta. Por eso se aconseja tomar vías alternas como la Línea.

Según el capitán de la Policía de Carreteras de Caldas, Javier Hernán Ríos, ayer a las 4:00 de la tarde se restableció el flujo vehicular en la zona. “Si las condiciones de clima no cambian y se mantiene tiempo seco, la vía permanecerá habilitada”. El Capitan aconseja a los viajeros comunicarse con el #767 y verificar el estado de la vía antes de emprender el viaje.

La situación de los viajeros

¿Qué opina del constante cierre de la vía?


Jaime Lobo Santiago, conductor de camión: la situación se está volviendo muy crítica. En estos momentos no encontramos que hacer, ni para adelante ni para atrás.


Gloria Izasa Idárraga, viajera: terrible, la vía está en un estado lamentable. Llevo como dos horas acá y la verdad veo la vía muy peligrosa.


Hernando Duque Orrego, viajero: la vía amaneció hoy (ayer) con muchos derrumbes y la vemos muy precaria. De todas maneras hay que entender que la topografía es complicada.


Uriel Cárdenas, viajero: es preocupante la situación porque hay mucho derrumbe. Además las condiciones del clima no ayudan mucho para mejorar la vía.

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TRIBU ARTESANIAS DE MANZANARES