13 feb 2010

Fallecimiento

El señor Reinel Arenas fallecio en Manizales, sus exequias tendran lugar en Pereira el dìa 14 de febrero de 2010. Don Reinel era el padre de Rubiela Arenas, reconocida comerciante de la Carrera 4 frente a la antigua galeria de Manzanares.
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SEMINARIO TALLER “APOYO A NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD”
El pasado 12 de febrero se realizo en el auditorio del Centro Cultural y de la Juventud el seminario taller "Apoyo a Niñas, Niños y Adolescentes en situación de vulnerabilidad", dictado por los conferencistas: Luis Gonzaga Serna Zuluaga Presidente Asociación Consumidores de Manizales y Caldas y la abogada especializada en Derecho de Familia Luz Beatriz Ramírez Restrepo, asistieron diferentes representantes de las instituciones educativas, madres de familia, Policía Nacional, Administración Municipal, Personería Municipal e Inspección de Trabajo, donde se eligió a la comisión de apoyo a Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Vulnerabilidad del Municipio de Manzanares, siendo ellos: Hermana Ana María Claros de la I.E. Ntra. Señora del Rosario, Olga Patricia Ospina, Ludotecaria, Emilsen Ospina - Madres de Familia, Miguel Orozco Ramírez - Alcaldía Municipal, Carolina Valencia - Madre de Familia, Claudia Montoya - Secretaria de Salud Municipal, Danilo Aguirre - Intendente en Jefe del comando de la Policía Estación Manzanares y Wilson Giraldo Mejía - Comisario de Familia. Evento Coordinado por la Secretaría de Integración y Desarrollo Social del Departamento y la Alcaldía Municipal a través de la Comisaria de Familia y la Asociación de Consumidores de Manizales y Caldas.
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Los estragos de un gobernante corrupto
Por Sebastián Trujillo
Sábado, 13 Febrero 2010
“Una vez más, los políticos se están robando el departamento”
Ésta parece ser la consigna más popular por estos días a raíz de las recientes denuncias de actos de corrupción llevadas a cabo por un ex funcionario del Departamento de Caldas.
No se ha aprendido la lección. Hace 25 años, el entonces procurador Jesús Jiménez Gómez denunció el gran robo a Caldas perpetuado por la coalición Yepo-Barquista, que desde aquel entonces ha hecho de las suyas con el departamento.
Increíble y vergonzoso que durante un cuarto de siglo, la situación no haya cambiado. La corrupción sigue presente, junto con sus nefastas consecuencias sobre el desarrollo económico, social e institucional.
La literatura sobre el tema es extensa y hoy día parece haber un consenso generalizado acerca de los impactos que puede tener la corrupción sobre el bienestar de la población. En un trabajo para el Fondo Monetario Internacional, los economistas Vito Tanzi y Hamid Davoodi (1997) encontraron evidencia empírica que confirma tres canales por los cuales la corrupción tiende a disminuir el crecimiento económico.
El primero de estos tiene que ver con la inversión pública. Los autores encuentran que si bien la corrupción tiende aumentar la inversión pública (pues entre más recursos para inversión haya, aumentan las posibilidades de extraer rentas del erario público), ésta reduce la productividad de la inversión, disminuyendo así la dinámica de la economía.
Asimismo, la corrupción va en detrimento de la calidad de la infraestructura, elemento cuyo impacto sobre el crecimiento económico es incuestionable. Para ilustrar esta situación, imagínense un departamento cualquiera, donde su gobernante decide adjudicar por conveniencia (a sus amigos o a quien esté dispuesto a pagar una comisión por ganarse la licitación) los contratos para la construcción de obras públicas, como vivienda o carreteras. Muy pocas veces éste es el contratista más eficiente, y por lo general sus obras terminan siendo de baja calidad con negativas consecuencias sobre la actividad económica de dicho departamento.
Finalmente los autores logran comprobar que la corrupción disminuye la cantidad de recursos para la financiación de inversiones públicas. Lo anterior podría ocurrir cuando el gobernante de este mismo departamento imaginario se apropie de las empresas que pertenecen al ente público (p. ej., la empresa de licores), y junto con sus corruptos e inescrupulosos gerentes, deciden “embolsillarse” las rentas que estas compañías generan. De no ser por estos personajes de la política, dichos ingresos estarían siendo destinados a atender la salud, especialmente la de los menos favorecidos. Otra ilustración de este hecho podría verse en un proceso de venta de activos, propiedad del ente público imaginario (p. ej., de una empresa de combustibles), donde el gobernante decide amañar la enajenación a cambio de comisiones y prebendas, con la eventual reducción en el valor final de la transacción y en los recursos disponibles para la inversión pública.
Qué triste y poco promisorio parece el futuro de esta imaginaria región agobiada por las crueles secuelas que deja la corrupción.
Otros reconocidos académicos (Gupta, Davoodi & Terme, 1998) encuentran que la corrupción tiene un impacto negativo sobre la distribución del ingreso y la pobreza. Para ver los impactos de lo que podría estar ocurriendo en Caldas, vale la pena mencionar estos hallazgos. Un aumento en la corrupción de 2,52 puntos (en una escala de 0 a 10), aumenta la desigualdad (medida por el coeficiente de Gini) en 5,4 puntos porcentuales. A su vez, un incremento de la corrupción en 0,75 puntos reduce el ingreso de los habitantes más pobres en 7,8% por año. Como siempre, los pobres son los más perjudicados con las malas políticas de un gobernante corrupto, y a pesar de ello, muy pocas veces son tenidos en cuenta.
Los altos índices de indigencia y pobreza que agobian al departamento de Caldas, tienen su origen mayoritariamente en los elevados niveles de corrupción de los que hace gala la clase política caldense. Cuando los recursos públicos, cuyo destino es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, se destinan a engrosar las arcas -o a pagar las deudas personales- de los gobernantes de turno, la pobreza y la miseria se multiplican, máxime cuando estos no son hechos aislados sino la constante, como sucede en Caldas.
Además de los horrores económicos y sociales que trae la corrupción, es claro el daño que ésta le hace al sistema democrático. No cabe duda que la corrupción administrativa y el desvió de los recursos públicos tiende a deslegitimar cualquier sistema político y a sus dirigentes.
La legitimidad del señor Gobernador del departamento de Caldas está diezmada con todas estas oportunas denuncias hechas por los medios de comunicación y por un funcionario honesto. Sería entonces conveniente, según la opinión de muchos caldenses, que el Gobernador renuncie, pues su investidura como primer mandatario del Departamento está totalmente deslegitimada.

Otro interesante debate que se puede dar en Caldas y que se viene dando en otras regiones del país, tiene que ver con el hecho evidente de que muchos parlamentarios y gobernantes -entre ellos el actual Gobernador- han sido elegidos con los votos que aglutinan dirigentes investigados por para-política, y algunos de ellos ya han recibido condena por dichos delitos. Lo anterior lleva a concluir, que gran parte de quienes dirigen la política en Caldas, fueron elegidos con votos del paramilitarismo.
Tomado de lapatria.com

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